jueves, 13 de octubre de 2011

Vámonos

Ya han pasado años después de tanto dolor. El dolor que laceraba mi diminuto cuerpo hasta llegar a mi corazón y desarmarlo, para acunarlo y sutilmente sedarlo. Cuándo yo le decía a ella que la amaba, que no importaba cuantas pastillas necesitaba para vivir o cuantas veces intentaría lanzarse del tercer piso, yo la seguiría adorando. El problema era que nunca tomó en cuenta lo que le decía, nunca le importó enteramente lo que Carolina de cinco años podía opinar. ¿Qué tanto amor podría dar una niña de cinco años? 

A medida que el tiempo transcurría y se deslizaba de mis crecientes palmas, sentía como no necesitaba decirle que yo estaba ahí para ella. Y poco a poco se fue escurriendo de entre mis dedos, hasta que un día no tan frío ella se fue. Sé que no es fácil recordar promesas, pero duele que no las cumplan. Ella prometió ayudarme con mi carrera, con mis hijos y probables terapias. Cuando se fue pensé que me visitaría más seguido en mis sueños. Creo que olvidó por completo a uno de sus hijos. Mientras la morena se peinaba, yo intentaba ayudarlos a todos. Anestesiar heridas que pudieron tener, dolores que les afligiesen, o tal vez ropa sucia que lavar. Pero de cualquier forma, ella se fue, la pelirroja se fue sin contar todas las manchitas, sin decirle por última vez cuanto la amaba y sentir al fin su último rechazo.

Ahora que te tengo a ti, un pequeño huracán. No entiendo como no pueden amarte y decirte lo que en realidad necesitas escuchar. Al hablar se envuelve un velo de anomalías que revuelan en tu lengua, convirtiéndola en un simple gas. Nada traspasa el velo, nada traspasa el velo que he  creado. Un velo que sella mi contacto con el exterior, y en este capullo sólo existimos. Y si llegamos a morir, sería simplemente justo y exacto. 
Al hablar del supuesto afecto, solo es inmundicia. ¿Cómo puedo decirlo todo?
Hablando de la misma madurez, soy la misma. Soy la misma persona intentando decir lo que siente, acompañada de un compás de comentarios ásperos y sin sentido. 

N o   p u e d o.

¿Y si nos vamos?

Antes de que me dejes, igual que ella.

Soñé que te escondía bajo mis sábanas


12:38 a.m.
El somnoliento humor se escurría de entre tus labios, con un aliento tardo y obtuso. Recordando tus manías te quise olvidar. Olvidando el olvidado olvido, el repugnante o l v i d o.

2:03 a.m.
Cuando desperté vi el contorno de tus ojos dibujado en mis sabanas, resguardado en el lado frío de mi cama. En la penumbra te observé y minuciosamente estudié tus osadas manchas del sol, con formas sugestivas. Intentando conciliar el sueño, pensé en ti de nuevo.

7:32 a.m.
Desperté y aún te veía.


Like a glance of light, the only face that mattered was there. Standing there solemnly, with not even one speck of the past.
"We were like a nuclear chain reaction that never got started. We could've exchanged neutrons and lit up the entire solar system. Instead it was only darkness."