Destellos de feminidad
Fue un momento que había sido postergado por
mucho tiempo. El ininterrumpido deseo se fue amontonando durante estos años.
Mientras más nos separábamos, mas sentíamos una fuerza imperante que nos embelesaba. Un imán que se refuerza al
alejarse, creándonos un repelente al acercarnos en este preciso momento.
Mientras ella se ahogaba en mi cuello, empantanándolo
de ósculos y mimos, yo procuraba recapitular la razón por cual la renuncié. Fue un momento vehemente
lleno de delirios, tan íntimo y
prohibido, que escurría feromonas. Me hundí en tus brazos y me deslice en nuestros
recuerdos, fundiendo mi boca con su aliento. Entrelazando nuestras piernas,
mientras la música distraía nuestros clamores. Mi boca se agarrotaba por el suplicio
que acariciaba mi corazón, dolor porque nos separamos en algún momento.
[Hace tiempo que quemé la escalera de mi ventana]