jueves, 3 de marzo de 2011


¿Y si te dejo ir?
Siempre me encuentro en mi cama, tirada y llena de lágrimas. Observando el techo, como reconstruyendo imágenes, de lo que alguna vez fuimos. Con un aroma que se escapa de por ahí, quien sabe de dónde. Pero es un aroma que ya conozco, un aroma insulso y dulzón. Que se me había aferrado a los vellitos de la nariz. Tan pegado en mi cerebro que ni raspándolo se sacaría. Es un aroma que de vez en vez, lo olfateo en extraños, lo huelo en lugares bizarros y a veces cuando la noche me abraza para entregarme a los brazos de Morfeo, me enjaula y no me deja pegar los parpados por horas. Recordando [ re – cordis ] lo que alguna vez se me escapo de entre los dedos.

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