jueves, 29 de octubre de 2009

Aun en nuestro cuarto, somos extrañas


¿Y si te digo que te amo? Que te extraño y que te daño. Que no haces más que divagar en mi consciente y atormentar mi inconsciente. Que lo raro de lo malo qué me haces, es que aún así lo haces. Que te deseo y aún así no lo expreso. Que te he visto y lo admito. Que eres familiar, pero realmente indiferente. Que me provocas, para ver lo que evocas. Que dices que soy frágil, para lamerme las heridas. Que dices que soy fuerte, por lo que hago con tu suerte.
¿Y si te digo que te veo? Que te deseo y te anhelo. Que aún no te mando a educar. Que las libélulas que te dibuje, aún las tengo sobre mí. Que te amo a ti aunque Julieta, aun me añora. Y pobre Julieta, que se lamenta por las noches. Que ella sola se la me las heridas. Que solloza y guarda el semen que esboza. Que sus piernas me anhelan y no soporta que las huelan. Y que a mí en realidad no me importa.
¿Me ves? ¿A través de todas las manos que nos separan?

1 comentario:

Anónimo dijo...

que genialidad de escrito.