jueves, 29 de octubre de 2009

Luceat Lux Vestra


Me desvelo. Paso la noche en vela. Rimando, acariciando, lamiendo las heridas. Cuando las horas de la noche se encuentran con las de la mañana, y las criaturas de la noche se esconden para darles lugar a las hormiguitas trabajadoras. A esa hora es, cuando deberías buscarme. Búscame, aunque sea sólo por boca. Haríamos espumosas fantasías. Levantaríamos las ideas polvoreadas de inocencia. Renaceríamos.
¿Cuántas veces podemos explotar? ¿Cuántas veces aguantarías volver a hacer todo?
Y aunque toques mi piel, me levantes por las noches y si te tienes que saciar, que sea de mí. No te desaparezcas, no te eleves, no te desvanezcas con el murmullo de la noche. Quiero que te quedes, que te quedes para calentarme por el día, y juguetear toda la noche. Levantémonos para liberar la juventud.

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